Este blog corresponde a la interpretación que yo he dado de las enseñanzas del texto, por lo que soy consciente de los grandes aportes que ustedes pueden hacer de los diferentes temas a tratar.

La vida nos sorprende de vez en cuando y he aprendido, que lo que parece ser, muchas veces no es, depende desde donde lo mires.



lunes, 19 de agosto de 2013

PROCURE PRIMERO COMPRENDER Y DESPUÉS SER COMPRENDIDO: COMO ESCUCHAMOS

Cuando comencé a pensar en como llenar estas líneas, inmediatamente se vinieron a mi cabeza las veces que me tocó escuchar a otras personas durante el día y me dí cuenta que desde pequeños nos entrenan para responder y no para escuchar.  Cada vez que alguna persona nos dice algo, comenzamos con el análisis detallado de la información que nos estrega para preparar nuestra respuesta. Ocurre además, que a veces ni siquiera terminamos de entender lo que se nos quiere explicar y ya estamos respondiendo respecto a lo dicho. Por lo tanto, confirmo que estamos entrenados para responder y no para comprender.

Si nos enfocamos en la forma en que escuchamos, existen cuatro niveles principales,  podemos ignorar a la persona, podemos fingir que la escuchamos, podemos aplicar escucha selectiva, es decir poner atención a solo algunas partes de la conversación o podemos utilizar la escucha atenta, centrando toda nuestra energía por poner atención en las palabras que se pronuncian.

Supongo que les ha sucedido que durante una conversación, cuando escuchan una palabra clave, se activa un proceso mental, que es como si dejarán este mundo a otra dimensión, para repasar viejas vivencias, comparar datos, iniciando un dialogo interno que a ratos se interrumpe para volver a prestar atención a la persona a quien escuchan, es lo mismo que sucede en reuniones o presentaciones, cuando no podemos prestar atención y fingimos escuchar, pero en realidad estamos preparando nuestras próximas vacaciones al caribe.

En nuestro caso particular y a partir de ahora, en las conversaciones persona a persona lo que trataremos de lograr es llegar al quinto nivel, la escucha empática. Que corresponde a escuchar con la intención de comprender, que no se debe confundir con simpatía, lo que muchas veces se hace. Cuando trato de comprender a alguien, no necesariamente tengo que estar de acuerdo con ella, al darme cuenta que su punto de vista es diferente, tengo un nuevo marco de referencia para compararlo con mi propia percepción de la situación, como respeto esto, procuro comprender realmente lo que se me quiere compartir, con esto puedo proporcionar "aire psicológico" a la otra persona (que sucede si en una habitación se acaba el aire, de seguro que la conversación ya no importará), es un abono a la cuenta bancaria emocional, ya que proporciona confianza en la relación. Quizás les ha sucedido que solo con prestar su atención desinteresada a un amigo y sin decir una palabra, hayan proporcionado "aire psicológico", efectuando un tremendo depósito en vuestra cuenta bancaria emocional, reforzando aún más la amistad.

El centrarse en comprender, no requiere que demos nuestra opinión todas las veces, sino que percibamos el mundo con los sentidos de la otra persona, que seamos capaces conectarnos con su mapa.

Existen otras formas de escucha que están enfocadas en la manipulación e influencia y estas son la escucha activa y refleja, que buscan en cierta medida que la persona logre hacer lo que nosotros queremos que haga. No tiene nada que ver con la escucha empática ya que los fines son completamente diferentes.