Estimados amigos, me he tardado bastante en volver a escribir ya que como bien saben la intención de este blog es dar a conocer los siete hábitos de las personas altamente efectivas y para hacerlo de buena manera, antes de hacer una entrada nueva, trato de vivir y aplicar todo lo que conlleva.
Bueno, ahora a tocado el turno a la sinergia que es el sexto hábito y el que menos he podido poner en práctica, así que les relataré un poco mi experiencia después de 4 meses enfocado a descubrir sus detalles e implicaciones.
La sinergia es la culminación práctica de todos los hábitos anteriores, para lograrla, debemos ser conscientes y valorar las diferencias que existen entre las personas, ahí es donde radica el poder, ahí es donde podemos generar ese ambiente mágico donde todo puede pasar, donde la energía fluye hacia el logro del resultado que queremos obtener colectivamente, yo creo que muchos han sido testigos de esa energía especial en alguna actividad que hayan desarrollado, ya sea en un equipo deportivo, una organización social, un concierto musical, un proyecto empresarial, etc, en cada situación es posible reconocer que las individualidades se ponen al servicio de lo colectivo y que todas las personas operan en una zona tan alta de madurez, que se logra el equilibrio perfecto entre coraje y respeto que hacen posible que cualquier cosa ocurra.
Nunca sabremos si el resultados será bueno o malo, pero lo que si sabemos que el proceso será transformador para todos los participantes y que generará un cambio positivo en cada uno, además el resultado obtenido será muy superior a la suma de cada parte por separado, supongo que han visto que la suma 1+1=3, bueno si existe sinergia, esta suma podría ser 1000, 1.000.000 o lo que pueda generar el grupo.
Particularmente y me siento muy agradecido, ya que me ha tocado percibir sinergia varias veces, pero la que recuerdo con mayor cariño me ocurrió cuando era adolescente; con un grupo de amigos decidimos participar en un campeonato de fútbol soccer, el equipo lo conformamos de varios jugadores que si bien no eramos grandes estrellas, nos esforzábamos para avanzar en el deporte y compartíamos una amistad de varios años. El resultado fue maravilloso, obtuvimos la copa de campeón venciendo a equipos más poderosos en los pergaminos que el nuestro, la diferencia es que estos equipos no valoraban sus individualidades y existía suficiente respeto por los demás, así, después de cada gol recibido se desmoronaban mentalmente cometiendo más y más errores, en cambio, si alguno de nuestro equipo cometía un error nos apoyábamos mutuamente hasta salir adelante. Fue genial sentir esa energía cuando recibimos la copa, valió la pena todo el esfuerzo y al mismo tiempo sentíamos más respeto por nuestros compañeros de equipo. Años después, quisimos repetir la hazaña y nos inscribimos en el mismo campeonato pero más viejos, resultado; vice-campeones, jugando contra equipos de jóvenes hasta 10 años menores, lo que también fue un logro y disfrutamos casi como la primera vez cuando recibimos nuestras medallas respectivas.
Como podrán darse cuenta la sinergia se podría percibir en cualquier actividad que desarrollen, ya sea un proyecto en el que se encuentren participando en estos momentos o cualquier actividad que requiera el apoyo mutuo de un equipo de trabajo, lo esencial es la madurez del equipo (equilibrio entre respeto y coraje) y la valoración de las individualidades, lo que cada integrante puede contribuir para el logro del objetivo planteado.
Una aclaración, cuando hablamos de madurez, no nos referimos a ser serios, muchas veces podemos ser serios pero no maduros y vice-versa, recuerden que ser maduro significa, escuchar los puntos de vista de los demás con respeto y tener el coraje para plantear los míos en un clima de sana relación.
