Somos libres de elegir nuestras acciones, pero no las consecuencias, ya que ellas se rigen según leyes naturales, podemos elegir hacer trampa en una prueba, pero esta conducta nos puede traer consecuencias sociales si somos descubiertos. Según el modelo, debemos basar nuestra vida en principios, si vivimos de acuerdo a ellos las consecuencias serán positivas, si elegimos mal, las consecuencias no serán las que deseamos y estaremos en presencia de un error. Lo importante de todo, es que cuando cometamos uno, debemos reconocerlo de inmediato, corregirlo y aprender de él para que no nos provoque un bloqueo a futuro, por tener que arrastrar con el arrepentimiento por el resto de nuestras vidas. Nuestros errores se encuentran ahí afuera, en nuestro círculo de preocupación, no podemos hacer nada para cambiarlos, pero si podemos aprender de ellos y hacerlos evidentes cuando sepamos que cometimos uno, ya que esto afectará la calidad de nuestro momento siguiente, de manera que podamos recuperar el poder.
Si cometemos un error, no lo corregimos de inmediato y no aprendemos de él, caeremos en la autocondena, ya que trataremos de justificar este actuar ante los demás y nosotros mismos, dándole importancia y energía desproporcionada, causando además en las personas que nos rodean un daño mayor.
A muchos nos pasa que no corregimos los errores y terminamos cayendo en una espiral de mentiras y nuevos errores para poder encubrir y justificar el primero, finalmente nos convertimos en esclavos de estos hechos. Es mucho mejor que reconozcamos un error en el momento justo en que se presenta, así nos sentiremos personas más libres.
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