Para iniciar el segundo hábito, el Dr. Covey, nos invita a realizar un trabajo con nuestra autoconciencia, nos invita a pensar que asistimos a nuestro propio funeral y que meditemos acerca de lo que nos gustaría escuchar, si hablara de nosotros, un familiar, un amigo, un compañero de trabajo y alguien perteneciente a alguna organización social o comunitaria en la que participemos. Que nos gustaría que dijeran ellos, sobre la manera en que vivimos, las cosas que hicimos, nuestro legado, cual fue la impresión que dejamos en los corazones de estas personas en nuestros distintos roles.
El hábito de partir con un fin en mente, nos ayuda a determinar cuales son nuestros objetivos en la vida, cual es nuestro camino y adonde deseamos llegar, nos ayuda a descifrar en que queremos convertirnos, definir nuestras metas, para luego establecer la manera en que las lograremos.
Todo se crea dos veces, esa es la premisa a considerar, gracias a nuestra autoconciencia, imaginación y conciencia moral, podemos evaluar nuestras intenciones y definir que es lo que realmente queremos lograr, podemos proyectar nuestros objetivos para visualizar lo que deseamos en la vida, siendo esta la primera creación. Luego, cuando ya hemos logrado lo que nos planteamos en un principio, estamos en presencia de la segunda creación, la parte concreta de nuestros pensamientos.
Los dejo invitados a meditar un momento y evaluar si lo que hoy se encuentran haciendo está de acuerdo con sus intenciones básicas, si no es así, o si nunca lo habían pensado de esta manera, los invito a sentarse un momento y escribir sobre lo que les gustaría lograr en el futuro en sus distintos roles, como les gustaría ser recordados.
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