Para comenzar con nuestro estudio acerca del tercer hábito, debemos tener muy en cuenta que antes debemos pasar por dos procesos.
El primero proceso tiene que ver con el hábito de la proactividad donde nos damos cuenta de que somos responsables de todo aquello que nos sucede, gracias a los privilegios de seres humanos como la autoconciencia, la imaginación, la conciencia moral y la voluntad independiente, los que utilizamos para evaluar nuestros paradigmas básicos y reconocer que somos capaces de cambiar estos programas defectuosos que llevamos a cuestas, que nos provocan muchos problemas en nuestras relaciones y nos traen muchos malos ratos a la hora de responder ante los estímulos externos.
El segundo proceso tiene que ver con determinar cual es nuestro norte, que es lo que queremos lograr, es el hábito de partir con un fin en mente, aunque no queramos llegar a ningún lugar, ya es un comienzo, tomamos la decisión de no ir a ningún lugar, todo parte con nuestro pensamiento o primera creación. Este proceso es considerado como el hábito del liderazgo personal, en el cual se analizan nuestros motivos, se determina nuestro centro, se definen las cosas que son importantes en nuestra vida, se establecen nuestros roles, metas y objetivos, es un proceso dirigido por nuestro hemisferio derecho, consiste en echar a correr nuestra imaginación para visualizar donde queremos llegar.
Finalmente una vez que pasamos por esto, podemos dedicar tiempo a definir por donde debemos partir, establecer primero lo primero, administrarnos de buena manera, utilizar nuestro lado lógico del cerebro, el hemisferio izquierdo con el fin de establecer una ruta a seguir para llegar a nuestro destino definido anteriormente sin desviarnos del camino, tal como se plantea en el libro los siete hábitos, E. M. Gray encontró que el denominador común de las personas de éxito no era el trabajo duro, la buena suerte ni su manera de relacionarse, sabía que todo esto era muy importante pero se fijo que todas las personas de éxito eran excelentes para hacer cosas que no eran de su agrado, sabiendo que estas cosas las ayudarían a lograr su objetivo final, "Las personas de éxito tenían el hábito de hacer las cosas que a quienes fracasan no les gusta hacer". ¿Cómo se logra un campeón Olímpico?, por supuesto que con un estricto régimen de entrenamiento, de alimentación, de descansos, no es algo al azar, la persona sabe que la finalidad que persigue vale la pena el esfuerzo, siempre pienso en esto cada vez que comienzo una dieta o me propongo partir bien una semana, se que finalmente es mi voluntad independiente la que me lleva a cumplir mis propias promesas, levantarme temprano, comer sano, hacer ejercicio, cumplir con mis tareas, este proceso esta ligado a la auto-administración efectiva, debo comprometerme conmigo mismo y cumplir lo que digo que haré, sino, terminaré defraudado de mi mismo, cayendo en un círculo vicioso.
Comprender esto, es esencial para iniciar nuestra revisión del tercer hábito de establecer primero lo primero, este hábito equivale a poner en práctica los dos hábitos anteriores, espero sea de ayuda lo que vamos a revisar más adelante.
Quiero dejar estas interrogantes, planteadas por el Dr. Covey.
¿Qué puede hacer usted, que no esté haciendo ahora y que, si lo hiciera regularmente, representaría una diferencia positiva en su vida personal?
¿Qué produciría resultados similares en su vida profesional o en su empresa?
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