Para comenzar les puedo indicar que existen cuatro generaciones definidas para la administración del tiempo y en esta oportunidad revisaremos las tres iniciales.
La primera generación se orienta a la generación de listas de tareas, en las cuales no existe mucha preocupación por las prioridades que tiene cada una, solo se debe cumplir lo que esta listado para tachar lo que esta terminado, de esta manera podemos saber que consume la mayor parte de nuestro tiempo. El problema que se presenta, si usamos esta herramienta, es que al no tener prioridades claras, dejamos de hacer cosas en el tiempo adecuado y empezamos a llegar tarde a las cosas importantes, dado que no encuadra dentro una orientación temporal.
La segunda generación es un poco más elaborada, debido a que las listas de tareas se trasladan al calendario, dándonos la capacidad de programar nuestras actividades, ayudándonos a ver un poco hacia adelante y a no agobiarnos con el día a día. Se caracteriza por el uso de agendas, que muchas personas terminan abandonando después de algunos meses de corrido el año.
La tercera generación es la unión de las dos anteriores, agregando la fijación de metas y la definición de prioridades para las tareas, el problema principal es que no discrimina entre lo urgente e importante, se tiende a programar todo, quienes la utilizan terminan siendo esclavos de su calendario sin dar espacio ni tiempo al trato eficaz de personas, esto lo digo por experiencia propia, ya que experimente con ella, con resultados sumamente estresantes.
En la próxima oportunidad les contaré sobre la cuarta generación, que puede ser muy útil si se maneja de buena forma, por lo pronto espero que lo planteado sea de ayuda para saber con cuál de estas tres trabajan hoy en día, para que puedan observar más detalladamente sus pro y contra.
Que tengan una buena semana!!
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