Para escribir un enunciado de misión personal que sea acorde con nuestro verdadero propósito, debemos saber muy bien lo que se encuentra en el centro de nuestro círculo de influencia, es aquí donde encontramos nuestros paradigmas más básicos, la manera en que percibimos el mundo que nos rodea.
Es específicamente en ese lugar, donde aplicamos nuestro privilegio de auto-conciencia para describir de manera correcta el territorio y generar nuestros mapas, donde debemos poner nuestros principios, ya que ellos son atemporales, no se corrompen y nos enseñan las consecuencias de nuestras decisiones y acciones.
Lo que pongamos en el centro será nuestra fuente de guía, poder, sabiduría y seguridad.
Entendiendo por:
Guía a nuestra fuente de dirección de nuestras vidas, se basa en nuestros mapas, es decir, como interpretamos el territorio, están las normas y criterios implícitos que gobiernan todos lo días nuestras decisiones y acciones.
Poder, a nuestra capacidad de actuar, nuestra fuerza o potencia de hacer que las cosas sucedan, nuestra energía vital para elegir y tomar decisiones y la capacidad de cambiar nuestros hábitos.
Sabiduría, a nuestra perspectiva que tenemos de la vida, nuestro sentido del equilibrio, nuestra comprensión de como se aplican los principios, partes y de las relaciones que se establecen entre ellas, incluye al juicio, la compresión y al discernimiento como un todo integrado.
Seguridad, a nuestro sentido de valor personal, nuestra identidad, nuestra autoestima, nuestra base emocional, la fuerza personal básica, que debe ser diferente a la que nos entrega el espejo social.
Es muy importante que en este centro se ubiquen nuestros principios, ya que ellos nos entregaran una descripción más detallada del territorio y por lo tanto, nuestras decisiones y acciones estarán acorde con ellos, evitando distorsiones derivadas de centros alternativos, los cuales revisaremos más adelante.
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